martes, 23 de septiembre de 2008

INFLUENCIAS

JAN SAUDEK

VIDA Y OBRA DE JEAN SAUDEK

Nació en Praga, en 1935, ciudad en la que vive actualmente. La obra de Jean Saudek está marcada sin duda por su perturbadora infancia. Estudió en la Escuela de Fotografía Industrial de Praga, entre 1950 y 1952, y seguidamente ejerció numerosos y varipintos oficios. Empezó a hacer fotos en su época de estudiante, y a pesar de la incipiente singularidad de su mirada se dedicó a un tipo de fotografía que pretendía reflejar la realidad cotidiana. Sus primeros trabajos personales fueron inicialmente fotografías en blanco y negro, donde comenzaba a adivinarse el estilo que lo haría famoso; cuerpos desnudos, un erotismo descarnado y en ocasiones obsceno, y un afán por hacer que sus instantáneas sugirieran historias al observarlas, que evocaran continuidad más allá de lo que reflejaba la imágen estática.
A partir de cierto momento se dedicó a colorear sus fotografías. Hizo hincapié en las texturas y en el ambiente de los decorados que rodeaban a los personajes de sus fotos. Había algo turbador en muchas de sus obras, un efecto ruinoso que las envolvía de una violencia y una expresividad incomparables. No hay que olvidar que vivía en un país comunista, y quizá lo opresivo de su propia vida le empujó a idear escenarios cerrados, un constante huis clos que ahogaba a sus actores. Sus temas se repitieron a lo largo de las décadas siguientes: fotografías sobre la sexualidad y la relación hombre-mujer, sobre las mujeres y su comportamiento erótico-afectivo, la edad madura y la juventud que se entrelazaban en sus escenas de un modo evidente, lleno de simbolismo, y sus originales desnudos. Fue fotógrafo del cuerpo femenino. Retrató con una belleza inusitada, a pesar de lo siniestro de algunas de sus escenas, la desnudez femenina, sin importarle la perfección de sus formas.
A partir de cierto momento se inclinó por una fotografías de varios personajes, con antagonismos manifiestos con los que pretendió dotar de mayor fuerza a sus imágenes. Intercaló sin pudor fotografías toscas, en ocasiones hasta de una sexualidad vulgar, primitiva, empeñado en llevar hasta el extremo su tendencia a provocar, así como escenas humorísticas en las que aparecía como un actor más.
Destacan también sus obras dobles, en las que fotografíaba escenas de mujeres vestidas y luego desnudas, y las series de personajes fijados en distintas épocas de sus vida.
Su lenguaje directo y lleno de sensualidad fue una de las razones de que se convirtiera en uno de los primeros fotógrafos checos en ser conocido en occidente, lo que le provocó percances con las autoridades comunistas de su país durante años. Lo que es indiscutible es la originalidad de su propuesta, su afán por retratar de un modo distinto, la extrema radicalidad de sus planteamientos que le concedieron con una rapidez inusitada un lugar privilegiado en la fotografía del siglo XX.
Su lenguaje directo y lleno de sensualidad fue una de las razones de que se convirtiera en uno de los primeros fotógrafos checos en ser conocido en occidente, lo que le provocó percances con las autoridades comunistas de su país durante años. Lo que es indiscutible es la originalidad de su propuesta, su afán por retratar de un modo distinto, la extrema radicalidad de sus planteamientos que le concedieron con una rapidez inusitada un lugar privilegiado en la fotografía del siglo XX.

MARCEL DUCHAMP
Ready-Made
Un ready-made es un objeto sacado de su contexto original, desfuncionalizado y convertido en arte, construido para forzar al espectador a pensar.
Marcel Duchamp hizo su primer ready-made en 1913, “La rueda de bicicleta”, que consistía en un banquito de cocina y sobre él una rueda de bicicleta invertida, apoyada sobre su base de metal. En un principio, Duchamp no pretendía mostrar estas obras al público. Años después cambiaría de opinión. Él mismo escribió una pequeña explicación para la mejor comprensión de los ready-mades.
“… Tan temprano como 1913, Duchamp tuvo la feliz idea de sujetar una rueda de bicicleta a un taburete de cocina y verla girar. Unos meses después, compró una reproducción barata de un paisaje nocturno invernal, que llamó “Farmacia”, luego de agregarle dos puntos de colores (uno amarillo y otro rojo) en el horizonte.
En Nueva York, en 1915, Duchamp compró en una ferretería una pala para nieve, en la que escribió “In advance of the broken arm” (en avance del brazo quebrado). Fue alrededor de esa época cuando le vino a la mente el nombre ready-made para designar este tipo de obras.
Duchamp siempre quiso dejar en claro que la elección de estas obras nunca fue dictada por deleite estético. La elección estaba basada en una reacción de indiferencia visual con una total ausencia de buen o mal gusto. De hecho, una completa anestesia.
Una característica importante de los ready-made fue la pequeña frase inscrita ocasionalmente en cada obra. La oración en vez de describir el objeto como un título pretendía llevar la mente del espectador hacia otras regiones, más verbales. A veces añadiría un detalle gráfico de presentación que, para satisfacer su intenso deseo de aliteración (repetición de una cierta letra), sería llamado ready-made-aided (“ya-hecho-ayudado”).
En otro tiempo, Duchamp, queriendo exponer la antimonía básica entre arte y ready-mades, imaginó un ready-made recíproco: usar un Rembrandt como una tabla de planchado.
Pronto se dio cuenta del peligro de repetir indiscriminadamente esta forma de expresión y decidió limitar la producción de ready-mades a un pequeño número anual. Estaba consciente que para el espectador, aun más que para el artista, el arte es una droga formadora de hábitos y quiso proteger sus ready-mades contra semejante contaminación.
Otro aspecto del ready-made es su falta de singularidad… la réplica de un ready-made entregando el mismo mensaje, de hecho casi todos los ready-mades existentes hoy no son un original en el sentido convencional.
Duchamp hace un comentario final a este círculo vicioso: Ya que los tubos de pintura usados por un artista son manufacturados, productos ready-made, debemos concluir que todas las pinturas en el mundo con ready-made-aided…” (6)
Marcel Duchamp creó varios ready-made, de los que actualmente sólo existen alrededor de una veintena. Éstos son una colección de objetos distintos, pero unidos por las mismas ideas. Los ready-made eran elementos creados para provocar, productos de un esfuerzo consciente para quebrar con cualquier tradición artística, para crear un nuevo estilo de arte: uno que atraiga a la mente y no a la vista, que estimule al espectador a participar y pensar.
Duchamp pensó: para romper con todos los valores tradicionales del arte, debemos empezar por lo elemental. Así, debemos deshacernos de los dos principios más básicos del arte: la belleza y la artesanía. Los ready-mades al fin respondían a su pregunta ¿Puede hacer uno obras de arte que no sean arte?.
La técnica consistía básicamente en sustituir la manualidad del artista durante el proceso de hacer arte. Así, en vez de un ver objeto creado por el artista, veríamos uno ya fabricado. También habría de sustituir la irracionalidad y el proceso aleatorio por un diseño consciente. Ya no importa el genio del artista, sino su don.
Los ready-made incluían distintos tipos de trabajos que pasaban por objetos prefabricados, ensamblajes, imágenes alteradas e instalaciones. Generalmente los objetos eran comprados y dispuestos en la obra sin ningún mayor arreglo. Duchamp disfrutaba escribir pequeñas frases en sus trabajos que confundieran la lógica del espectador y lo invitaran a imaginar. Otros ready-made invitan a participar en él (en “La rueda de bicicleta” se podía dar vueltas a la rueda, la que sería la primera escultura cinética). Para Duchamp es evidente la interacción que debe existir entre artista y espectador. Este es el pleno domino del ready-made.
Hay tres tipos de "ready- made":
- Puro, donde el artista toma un objeto y lo deja como está, por ejemplo el "Portabotellas” (1914).
- Rectificado, en el cual se hacen varias operaciones sobre un objeto, como en el caso de "La Fuente"(1917), en la cual se puede observar que su autor tomó un urinario, lo giró, le puso título y lo firmó.
- Asistido, como "Un ruido secreto"(1916), en el cual un objeto toma sentido cuando es asistido por otra persona que no es el artista.(7)
La aparición de los ready-made cuestiona seriamente la historia del arte y su autonomía, ya que ingresan a los museos objetos de la vida cotidiana.
Otra característica de los ready-made es su falta de forma (amorfia). Todo lo que se puede decir respecto a él es indiferente a su forma, ya que subyace en el propio objeto. La obra de arte misma niega al objeto, anula su función.
Duchamp quiso elevar a la dignidad de arte a objetos simples y cotidianos, como prueba de que el arte era, sobre todo, una actitud mental que residía en el espectador y que, mediante la representación de estos objetos en una sala de exposiciones, se apreciaban las calidades estéticas y no las utilitarias que normalmente sugerían.(8)
En 1917, cuando su ready-made “La Fuente” es rechazado por el jurado de la Sociedad de Artistas Independientes, Duchamp defendió a R. Mutt argumentando que si él lo había hecho o no no importa ya que el artista eligió al objeto para convertirlo en arte. Sin duda alguna sería este objeto el que cambiaría, a largo plazo, la manera de percibir el arte.

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